EL REMERO Y NAVEGANTE, DESAPARECIDO EN 1977, SERA HOMENAJEADO EL VIERNES 21
El 21, desde el puerto de Olivos comenzará bien temprano una regata en homenaje a Deryck Gillie y a los 30 mil desaparecidos de la última dictadura militar. Organizada por la escuela Islas Malvinas, "La Regata por la Vida" pretende recordar. Recordar que existió una Argentina de la que no hay derecho a olvidar. Y recordar el sufrimiento de un país que se desgarró en las manos de los asesinos. Gillie, desaparecido el 30 de setiembre de 1977, fue remero y navegante. Apasionado por el deporte y por el agua. Amante de su familia. La regata, que finalizará el 23 en Quilmes, contará con el apoyo de las Madres de Plaza de Mayo de Quilmes, de las Abuelas de Plaza de Mayo, del Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, y de la Comisión por la Memoria, Verdad y Justicia de la zona Norte. Hoy a las 12.30, en Suteba Quilmes, Sarmiento 606, se presentará formalmente la regata.
Fue una mañana. El reloj fluctuaba cerca de las 11.30 y cuatro hombres golpearon la puerta de la casa de Gillie. Su mujer, Enriqueta Ortiz de Rosas, abrió. Le dijeron que eran amigos de su marido de la Marina, donde trabajaba como traductor (además era empleado del correo ya que un trabajo sólo no alcanzaba). No le pidieron permiso. Dos segundos después, aquellos cuatro estaban adentro, a los gritos y buscándolo. Lo encontraron porque ni siquiera se escondió. "¿Qué pasa?", preguntó. Lo encapucharon. El resto de la familia lloraba y sus seis hijos, con sarampión por esos días, no entendían. A Deryck Gillie, peronista, remero, navegante, se lo llevaron una mañana de 1977. Nunca más se supo de él. Douglas, su hermano, ciudadano inglés y militante de partidos de izquierda, también fue secuestrado esa misma mañana y aún sigue desaparecido. No se registró paso de ninguno de ellos por algún centro clandestino de detención.
Era hincha de Newell's, Gillie. Nacido en Rosario un 10 de abril de 1940, se inclinó enseguida para los colores negro y rojo porque un mandato de la ciudad lo indica: se es de Central o de Newell's. Llegó a Buenos Aires a los 18 años. Fundó, ya en la Capital Federal y junto a Héctor Silva, la Asociación Argentina de Remeros de Resistencia. Conoció a Ortiz de Rosas. Y así, juntos y con sus hijos, se dedicaron a recorrer lugares sobre el río. Amaba el agua.
Al fin, su familia lo sigue buscando, más allá de todo. Hace cuatro años una mujer les tiró las cartas a dos de las hijas. Les dijo que podía estar en Bahía Blanca. Se fueron hasta allá. Pegaron carteles. Nada, claro. "Aunque sea un resto de su cuerpo, queremos saber qué fue de él". El ruego sale de su mujer, una mujer que lucha. Que les enseñó a sus hijos que una vez existió un hombre que fue remero, navegante y amante de los deportes pero que también dio la vida por sus ideales.
Jonathan Wiktor
Fue una mañana. El reloj fluctuaba cerca de las 11.30 y cuatro hombres golpearon la puerta de la casa de Gillie. Su mujer, Enriqueta Ortiz de Rosas, abrió. Le dijeron que eran amigos de su marido de la Marina, donde trabajaba como traductor (además era empleado del correo ya que un trabajo sólo no alcanzaba). No le pidieron permiso. Dos segundos después, aquellos cuatro estaban adentro, a los gritos y buscándolo. Lo encontraron porque ni siquiera se escondió. "¿Qué pasa?", preguntó. Lo encapucharon. El resto de la familia lloraba y sus seis hijos, con sarampión por esos días, no entendían. A Deryck Gillie, peronista, remero, navegante, se lo llevaron una mañana de 1977. Nunca más se supo de él. Douglas, su hermano, ciudadano inglés y militante de partidos de izquierda, también fue secuestrado esa misma mañana y aún sigue desaparecido. No se registró paso de ninguno de ellos por algún centro clandestino de detención.
Era hincha de Newell's, Gillie. Nacido en Rosario un 10 de abril de 1940, se inclinó enseguida para los colores negro y rojo porque un mandato de la ciudad lo indica: se es de Central o de Newell's. Llegó a Buenos Aires a los 18 años. Fundó, ya en la Capital Federal y junto a Héctor Silva, la Asociación Argentina de Remeros de Resistencia. Conoció a Ortiz de Rosas. Y así, juntos y con sus hijos, se dedicaron a recorrer lugares sobre el río. Amaba el agua.
Al fin, su familia lo sigue buscando, más allá de todo. Hace cuatro años una mujer les tiró las cartas a dos de las hijas. Les dijo que podía estar en Bahía Blanca. Se fueron hasta allá. Pegaron carteles. Nada, claro. "Aunque sea un resto de su cuerpo, queremos saber qué fue de él". El ruego sale de su mujer, una mujer que lucha. Que les enseñó a sus hijos que una vez existió un hombre que fue remero, navegante y amante de los deportes pero que también dio la vida por sus ideales.
Jonathan Wiktor
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