La Liga Argentina por los Derechos del Hombre difundió una semblanza del soldado Genes detenido en el Rim 29 durante la dictadura cívico militar. También se dio a conocer una fotografìa inédita.
Según un escrito de la LADH, Formosa, se conocieron detalles del cautiverio y posterior “suicidio” del soldado Carlos Rolando Genes. En la misma, titulada “Caito”, el soldado que no tiene desfiles, se afirma que “era un joven formoseño. En 1976 se encontraba haciendo el servicio militar en el Distrito Militar Formosa, y por la noche terminaba la secundaria en la Escuela Nacional de Comercio, de la cual era su abanderado.
“Caito” como lo llamaba su familia, fue detenido en el colegio el 20 de agosto de 1976 y llevado clandestinamente al Centro Clandestino de Detención Regimiento 29 de Infantería de Monte de Formosa.
Uno de los responsables de la represión clandestina en Formosa, muerto en estado de “inocente” ante la inacción política y judicial, el Teniente Coronel Pleichot, le informó a su hermana que la detención se produjo porque estaba “sirviendo a la Patria” y a la vez, “había sido visto bailando con una “subversiva”.
En el CCD RIM 29 fue torturado salvajemente y, cuentan algunos testigos, habría perdido el juicio ante la saña de sus torturadores.
Carlos Rolando Genes no dijo nada. Al punto que el día de su asesinato, 19 de septiembre de 1976 los represores Steinbach, Domato y Echeverría se dieron cuenta que el soldado no había firmado ninguna “declaración”. Y rápidamente “armaron” un expediente y una declaración, con la firma de Genes falsificada por el policía Agustín Echeverría, el mismo cuyos compañeros policías declararon en el juicio que en ese momento se “encontraba haciendo un curso de inteligencia en Buenos Aires”.
Caito había aparecido ahorcado en su celda con una toalla, circunstancia que rápidamente fue catalogada por sus carceleros como “suicidio”. Poco antes había escrito en la pared con jabón la palabra “mamá”. Contradictoriamente, el represor Pleichot informó a su familia que al ahorcarse cayó al piso y sufrido un golpe en la columna. En la coartada del militar, Genes falleció como resultado de la falta de atención médica.
Ante la demora en entregar los restos, el represor Spada calificó a su hermana de “maleducada” por exigir la entrega del cadáver del soldado. Intervino en su autopsia el médico del Regimiento Faustino Blanco Cabrera, hoy procesado por delitos de lesa humanidad. El cuerpo presentaba golpes en el estómago, en la nariz, entre cejas, y su estado general era terrible por el peso que había perdido.
En el Centro Clandestino no querían entregar su certificado de defunción, porque nadie lo quería firmar. Posteriormente la familia fue vigilada por la patota represora en un auto sin patente.
Carlos Rolando Genes fue asesinado por quienes tenían la obligación de velar por el por estar bajo bandera. En nada influye la coartada del suicidio, dado que de ser cierta, igual fue asesinado al ser obligado a tomar una decisión así luego de un mes de torturas inimaginables.
Carlos Rolando Genes, el soldado del batallón perdido en la dictadura como decía el fallecido Capitán José Luis D'Andrea Mohr, luego de décadas no tiene justicia por la inacción de la justicia federal formoseña.
La patota del Regimiento estaba integrada entre otros por el comandante de Gendarmería Domato, hoy prófugo de la justicia de la democracia, por el Subcomandante Sabadini, quien con voz de mujer se hacía llamar “La Muerte”, por el suboficial del ejército Steinbach, violador serial y quien les daba de beber orina a las detenidas, por el sargento Camicha, por el oficial del ejército Angel Erbino Spada. También por oficiales superiores que fallecieron impunes como Eusebio Rearte, violador, posteriormente edecán de Carlos Menem, Alturria y Pleichot. Y policías como Echeverría, Celso Ferreyra. También ex militares como Rodolfo Antinori. Y sacerdotes como el padre Lima, capellán del Regimiento 29 de Infantería de Monte, entregador de civiles para la tortura. Y muchos mas.
En ese período también se asesinó a un soldado por un disparo accidental de un suboficial, hecho que fue prolijamente ocultado. Y se detuvo y torturó al soldado conscripto Rolando Zieseniss, hoy dirigente agropecuario.
Su madre Alejandra Acosta Viuda de Genes falleció sin ver que se haga justicia por el horrible crimen de su hijo. La dictadura asesina le robó dos hijos. Un hermano de Caito, el sargento ayudante Ramón Gumersindo Acosta, del Escuadrón Alacranes de Gendarmería Nacional, cayó combatiendo en Malvinas, un 10 de junio de 1982”, concluye la nota de la LADH.
Carlos Rolando Genes, víctima del terrorismo de estado en Formosa.
Según un escrito de la LADH, Formosa, se conocieron detalles del cautiverio y posterior “suicidio” del soldado Carlos Rolando Genes. En la misma, titulada “Caito”, el soldado que no tiene desfiles, se afirma que “era un joven formoseño. En 1976 se encontraba haciendo el servicio militar en el Distrito Militar Formosa, y por la noche terminaba la secundaria en la Escuela Nacional de Comercio, de la cual era su abanderado.
“Caito” como lo llamaba su familia, fue detenido en el colegio el 20 de agosto de 1976 y llevado clandestinamente al Centro Clandestino de Detención Regimiento 29 de Infantería de Monte de Formosa.
Uno de los responsables de la represión clandestina en Formosa, muerto en estado de “inocente” ante la inacción política y judicial, el Teniente Coronel Pleichot, le informó a su hermana que la detención se produjo porque estaba “sirviendo a la Patria” y a la vez, “había sido visto bailando con una “subversiva”.
En el CCD RIM 29 fue torturado salvajemente y, cuentan algunos testigos, habría perdido el juicio ante la saña de sus torturadores.
Carlos Rolando Genes no dijo nada. Al punto que el día de su asesinato, 19 de septiembre de 1976 los represores Steinbach, Domato y Echeverría se dieron cuenta que el soldado no había firmado ninguna “declaración”. Y rápidamente “armaron” un expediente y una declaración, con la firma de Genes falsificada por el policía Agustín Echeverría, el mismo cuyos compañeros policías declararon en el juicio que en ese momento se “encontraba haciendo un curso de inteligencia en Buenos Aires”.
Caito había aparecido ahorcado en su celda con una toalla, circunstancia que rápidamente fue catalogada por sus carceleros como “suicidio”. Poco antes había escrito en la pared con jabón la palabra “mamá”. Contradictoriamente, el represor Pleichot informó a su familia que al ahorcarse cayó al piso y sufrido un golpe en la columna. En la coartada del militar, Genes falleció como resultado de la falta de atención médica.
Ante la demora en entregar los restos, el represor Spada calificó a su hermana de “maleducada” por exigir la entrega del cadáver del soldado. Intervino en su autopsia el médico del Regimiento Faustino Blanco Cabrera, hoy procesado por delitos de lesa humanidad. El cuerpo presentaba golpes en el estómago, en la nariz, entre cejas, y su estado general era terrible por el peso que había perdido.
En el Centro Clandestino no querían entregar su certificado de defunción, porque nadie lo quería firmar. Posteriormente la familia fue vigilada por la patota represora en un auto sin patente.
Carlos Rolando Genes fue asesinado por quienes tenían la obligación de velar por el por estar bajo bandera. En nada influye la coartada del suicidio, dado que de ser cierta, igual fue asesinado al ser obligado a tomar una decisión así luego de un mes de torturas inimaginables.
Carlos Rolando Genes, el soldado del batallón perdido en la dictadura como decía el fallecido Capitán José Luis D'Andrea Mohr, luego de décadas no tiene justicia por la inacción de la justicia federal formoseña.
La patota del Regimiento estaba integrada entre otros por el comandante de Gendarmería Domato, hoy prófugo de la justicia de la democracia, por el Subcomandante Sabadini, quien con voz de mujer se hacía llamar “La Muerte”, por el suboficial del ejército Steinbach, violador serial y quien les daba de beber orina a las detenidas, por el sargento Camicha, por el oficial del ejército Angel Erbino Spada. También por oficiales superiores que fallecieron impunes como Eusebio Rearte, violador, posteriormente edecán de Carlos Menem, Alturria y Pleichot. Y policías como Echeverría, Celso Ferreyra. También ex militares como Rodolfo Antinori. Y sacerdotes como el padre Lima, capellán del Regimiento 29 de Infantería de Monte, entregador de civiles para la tortura. Y muchos mas.
En ese período también se asesinó a un soldado por un disparo accidental de un suboficial, hecho que fue prolijamente ocultado. Y se detuvo y torturó al soldado conscripto Rolando Zieseniss, hoy dirigente agropecuario.
Su madre Alejandra Acosta Viuda de Genes falleció sin ver que se haga justicia por el horrible crimen de su hijo. La dictadura asesina le robó dos hijos. Un hermano de Caito, el sargento ayudante Ramón Gumersindo Acosta, del Escuadrón Alacranes de Gendarmería Nacional, cayó combatiendo en Malvinas, un 10 de junio de 1982”, concluye la nota de la LADH.
Carlos Rolando Genes, víctima del terrorismo de estado en Formosa.
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