El periodista y maestro uruguayo desaparecido en 1977, habia fundado el Frente Amplio y la revista Marcha
Con el tradicional uniforme de trabajo de los maestros, y fotos de Castro, los participantes intercalaron momentos de silencio con espontáneos aplausos y pedidos de justicia. Sus restos fueron identificados esta semana tras ser excavados en un cuartel.
Cientos de personas se concentraron en una plaza céntrica de Montevideo para rendir homenaje al maestro rural y periodista Raúl Castro asesinado durante la dictadura, tras el reciente hallazgo de sus restos. Con guardapolvos blancos, el tradicional uniforme de trabajo de los maestros, y fotos de Castro, los participantes intercalaron momentos de silencio con espontáneos aplausos y algunos cánticos que pedían justicia, en medio de emotivos abrazos entre familiares de desaparecidos.
“Tengo sentimientos encontrados, por un lado tranquilidad de encontrar un cuerpo, cerrar parte del círculo e iniciar el duelo, pero por otro una indignación muy grande porque el hallazgo es la corroboración de que la Comisión para la Paz dio datos falsos”, dijo Roberto Castro, nieto del maestro asesinado, que participó en la concentración. La Comisión para la Paz, instalada por el gobierno de Jorge Batlle, había llegado a la conclusión de que los restos de Julio Castro ya no estaban en el Batallón 14. Además de ese dato erróneo, la investigación afirmó que Castro murió como consecuencia de las torturas a las que fue sometido. No obstante, tras identificarse el cuerpo, fuentes judiciales informaron que Castro había sido ejecutado.
Los restos fueron hallados el 21 de octubre en el Batallón 14, en el Departamento de Canelones, 45 kilómetros al norte de Montevideo, a 1,40 metro de profundidad en una fosa excavada en la roca y rellena de cal.
Además del anuncio de la identidad de los huesos, el jueves se conoció un informe de una Junta Médica Forense designada por el Poder Judicial, que concluyó que la causa más probable de muerte es el disparo de arma de fuego a nivel craneal, según el comunicado difundido por la Suprema Corte de Justicia. La Comisión para la Paz en su informe de 2003 elaborado en base a testimonios, muchos de ellos anónimos, había señalado que el docente fue sometido a torturas a consecuencia de las cuales falleciera, el 3 de agosto de 1977. La Comisión para la Paz había concluido que los restos de Castro fueron exhumados, incinerados y arrojados al Río de la Plata en 1984, en el marco de la llamada “Operación Zanahoria”.
La Operación Zanahoria, que se habría llevado a cabo a fines de la dictadura, consistió en exhumar los cadáveres de los desaparecidos de los cementerios clandestinos, volver a enterrarlos de pie y plantar árboles encima para dificultar una posible búsqueda.
Se va a continuar la búsqueda de restos de desaparecidos en el Batallón 14. En 2005, tras la llegada al poder de la izquierda, se iniciaron excavaciones en predios militares y otros terrenos que llevaron al hallazgo de los restos de Fernando Miranda y Ubagesner Chávez Sosa, dos militantes comunistas desaparecidos.
Durante el régimen militar en el país sudamericano desaparecieron más de 200 opositores, la mayoría en Argentina en el marco del Plan Cóndor. El secretario de la Presidencia, Alberto Breccia, dijo que el caso del maestro Julio Castro cambia relativamente el panorama respecto de la teoría de muertes durante la dictadura. Si bien Breccia aclaró que todavía no hay una confirmación certera sobre cómo murió Castro, la teoría más firme es que fue ejecutado. “El caso nos estaría enfrentando al primer desaparecido que no habría muerto, como lo venía diciendo el discurso: porque ‘se les fue la mano’.” El secretario de la Presidencia explicó que el caso de Castro “podría estar indicando que, por lo menos, esto no siempre fue así”. Por el contrario, dijo que el caso vendría a corroborar que también existieron ejecuciones. “Al menos genera esa sensación y nos enfrenta a ese tipo de interrogantes e hipótesis, puede haber otros desaparecidos muertos en estas condiciones y no por excesos en las torturas”, aseguró. No obstante, acotó que el caso cambia relativamente el panorama porque ya se sabía que se habían producido fusilamientos, la diferencia es que se trataría del primer desaparecido en estas condiciones. Otro antecedente de ejecución sumaria fue el caso de los fusilados de Soca, con la salvedad de que ellos nunca estuvieron desaparecidos, sino que fueron entregados a sus familias.
Con el tradicional uniforme de trabajo de los maestros, y fotos de Castro, los participantes intercalaron momentos de silencio con espontáneos aplausos y pedidos de justicia. Sus restos fueron identificados esta semana tras ser excavados en un cuartel.
Cientos de personas se concentraron en una plaza céntrica de Montevideo para rendir homenaje al maestro rural y periodista Raúl Castro asesinado durante la dictadura, tras el reciente hallazgo de sus restos. Con guardapolvos blancos, el tradicional uniforme de trabajo de los maestros, y fotos de Castro, los participantes intercalaron momentos de silencio con espontáneos aplausos y algunos cánticos que pedían justicia, en medio de emotivos abrazos entre familiares de desaparecidos.
“Tengo sentimientos encontrados, por un lado tranquilidad de encontrar un cuerpo, cerrar parte del círculo e iniciar el duelo, pero por otro una indignación muy grande porque el hallazgo es la corroboración de que la Comisión para la Paz dio datos falsos”, dijo Roberto Castro, nieto del maestro asesinado, que participó en la concentración. La Comisión para la Paz, instalada por el gobierno de Jorge Batlle, había llegado a la conclusión de que los restos de Julio Castro ya no estaban en el Batallón 14. Además de ese dato erróneo, la investigación afirmó que Castro murió como consecuencia de las torturas a las que fue sometido. No obstante, tras identificarse el cuerpo, fuentes judiciales informaron que Castro había sido ejecutado.
Los restos fueron hallados el 21 de octubre en el Batallón 14, en el Departamento de Canelones, 45 kilómetros al norte de Montevideo, a 1,40 metro de profundidad en una fosa excavada en la roca y rellena de cal.
Además del anuncio de la identidad de los huesos, el jueves se conoció un informe de una Junta Médica Forense designada por el Poder Judicial, que concluyó que la causa más probable de muerte es el disparo de arma de fuego a nivel craneal, según el comunicado difundido por la Suprema Corte de Justicia. La Comisión para la Paz en su informe de 2003 elaborado en base a testimonios, muchos de ellos anónimos, había señalado que el docente fue sometido a torturas a consecuencia de las cuales falleciera, el 3 de agosto de 1977. La Comisión para la Paz había concluido que los restos de Castro fueron exhumados, incinerados y arrojados al Río de la Plata en 1984, en el marco de la llamada “Operación Zanahoria”.
La Operación Zanahoria, que se habría llevado a cabo a fines de la dictadura, consistió en exhumar los cadáveres de los desaparecidos de los cementerios clandestinos, volver a enterrarlos de pie y plantar árboles encima para dificultar una posible búsqueda.
Se va a continuar la búsqueda de restos de desaparecidos en el Batallón 14. En 2005, tras la llegada al poder de la izquierda, se iniciaron excavaciones en predios militares y otros terrenos que llevaron al hallazgo de los restos de Fernando Miranda y Ubagesner Chávez Sosa, dos militantes comunistas desaparecidos.
Durante el régimen militar en el país sudamericano desaparecieron más de 200 opositores, la mayoría en Argentina en el marco del Plan Cóndor. El secretario de la Presidencia, Alberto Breccia, dijo que el caso del maestro Julio Castro cambia relativamente el panorama respecto de la teoría de muertes durante la dictadura. Si bien Breccia aclaró que todavía no hay una confirmación certera sobre cómo murió Castro, la teoría más firme es que fue ejecutado. “El caso nos estaría enfrentando al primer desaparecido que no habría muerto, como lo venía diciendo el discurso: porque ‘se les fue la mano’.” El secretario de la Presidencia explicó que el caso de Castro “podría estar indicando que, por lo menos, esto no siempre fue así”. Por el contrario, dijo que el caso vendría a corroborar que también existieron ejecuciones. “Al menos genera esa sensación y nos enfrenta a ese tipo de interrogantes e hipótesis, puede haber otros desaparecidos muertos en estas condiciones y no por excesos en las torturas”, aseguró. No obstante, acotó que el caso cambia relativamente el panorama porque ya se sabía que se habían producido fusilamientos, la diferencia es que se trataría del primer desaparecido en estas condiciones. Otro antecedente de ejecución sumaria fue el caso de los fusilados de Soca, con la salvedad de que ellos nunca estuvieron desaparecidos, sino que fueron entregados a sus familias.
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